Pataki de Elegguá-EchuElegguá era hijo de Okuboro, rey de Añagui. Un día, siendo un muchachón, andaba con su séquito y vio una luz brillante con tres ojos que estaba en el suelo. Al acercarse vio que era un coco seco. Elegguá se lo llevó al palacio, le contó a sus padres lo que había visto y tiró el obi detrás de una puerta. Poco después todos se quedaron asombrados al ver la luz que salía del obi. Tres dias más tarde, Elegguá murió. Todo el mundo le cogió mucho respeto al obi, que seguia brillando, pero con el tiempo, la gente se olvidó de él. Asi fue como el pueblo llegó a verse en una situación desesperada y cuando se reunieron los arubbó, llegaron a la conclusión de que la causa estaba en el abandono del obi. Este, en efecto, se hallaba vacio y comido por los bichos. Los viejos acordaron hacer algo sólido y perdurable y pensaron en colocar una piedra de santo (otá) en el lugar del obi, detrás de la puerta. Fue el origen del nacimiento de Elegguá como orisha. Por eso se dice: "Ikú lobi ocha. El muerto parió al santo". >